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Con la llegada de las Navidades, es inevitable que la demanda de consolas y videojuegos aumente y que nos asalte nuevamente la duda de qué tipo de juegos son seguros para nuestros hijos, qué riesgos podemos encontrarnos y cómo prevenirlos. ¡Veamos qué debemos tener en cuenta!

Edad y tipo de contenido

Lo primero que debemos tener en cuenta a la hora de escoger el videojuego es saber el tipo de contenido que va a ofrecer. En España se sigue la clasificación PEGI (Pan European Game Information), la cual regula dos niveles de información. La primera es la edad recomendada a partir de la cual se debería jugar y la otra son los descriptores de contenido que, entre otras cosas, nos indican si en el juego hay violencia, sexo, lenguaje malsonante, apuestas, juego en línea, etc. Es una forma de poder saber y valorar el tipo de juego que estamos comprando y poder juzgar antes de la compra si puede ser apto o no para nuestro hijo.

Adicionalmente, existe la etiqueta PEGI OK para portales web o juegos en línea, que ayuda a los padres a saber que ese juego es apto para todos los públicos y que además se ofrecen las garantías de seguridad en las plataformas de venta.

Riesgos del juego y compras en línea

Además de la edad y el tipo de contenido, regulados por la clasificación PEGI, ahora debemos sumar los riesgos del juego online. Los más más comunes son:

  • Compras integradas en el juego

    Son compras que se pueden hacer dentro del juego para conseguir más vidas, nuevos personajes, nuevas armas, nuevos niveles o que ofrecen al jugador facilidades para avanzar. Para evitar que se hagan compras sin nuestro consentimiento, debemos restringirlas. En cada dispositivo o videoconsola se hace de una determinada manera, pero en la mayoría existe la opción de control parental que limita el gasto. Se puede pedir que los pagos requieran una autenticación con contraseña, incluso separar los usuarios y ejercer el control parental en el de los menores para evitar pagos no consentidos.
  • Juegos multijugador en línea cooperativos (MMO)

    En estos juegos se reúnen jugadores de todo el mundo a través de sus avatares o personajes. El riesgo que esto conlleva es que no podemos saber quién hay detrás de ese avatar, por lo que es muy importante que los menores sepan los peligros que puede comportar el relacionarse con los otros jugadores. Hay que informarles de que nunca deben dar datos personales (nombres, teléfonos, contraseñas, fotografías) de ellos. También debemos explicarles los posibles ciberdelitos con los que se pueden encontrar, para que sepan reconocer si se encuentran ante una situación de ciberacoso, grooming o sexting y cómo actuar.
  • Chats en línea

    Hay videojuegos que permiten ponerse en contacto con otros jugadores a través de chats privados. Al igual que pasa con los juegos con múltiples jugadores, no conocemos la identidad del otro, por lo que es importante seguir los consejos antes mencionados.


En resumen, para evitar o limitar estos riesgos, es importante que los padres o tutores ejerzan los sistemas de control parental que tienen los diferentes dispositivos, con lo que podremos limitar o controlar a qué tipo de juegos pueden jugar, las horas de navegación y el acceso a determinadas páginas, controlar el intercambio de datos o el nivel interacción (chats), de manera que se limiten y protejan la privacidad y seguridad de los menores.