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Cada vez es más frecuente encontrarnos con la utilización de drones con una finalidad meramente recreativa, como puede ser, por ejemplo, tomar imágenes o realizar grabaciones de vídeo desde el aire.

La rapidez con la que han proliferado este tipo de dispositivos hace que se planteen frecuentes dudas sobre cuál es el marco legal que regula el uso de estos drones, así como qué aspectos debemos tener en cuenta si pretendemos salir de viaje llevando con nosotros uno de ellos.

Normativa: ¿Uso profesional o particular?

Si nos centramos en España, la normativa que regula esta cuestión es el Real Decreto 1036/2017 de 15 de diciembre, que distingue entre aquellas personas que van a desarrollar una actividad profesional con drones, de aquellas personas que solo van a hacer un uso recreativo.

En este último caso los requisitos no son tan estrictos, ya que no será necesario, por ejemplo, disponer previamente de un título de piloto de drones o de un seguro de responsabilidad civil, aunque esto último resulta siempre muy recomendable.

No obstante, sí que se han de cumplir una serie de condiciones de uso:

Que se haga con carácter general en horario diurno

En días en que haya buenas condiciones meteorológicas

A una distancia mínima de 8 Km de cualquier aeropuerto o aeródromo

Fuera del espacio aéreo controlado

Sin sobrepasar los 120 metros de altura sobre el suelo

Estando siempre el dron dentro del alcance visual del piloto.

Hay que reseñar, no obstante, que la nueva normativa establece también nuevos escenarios que permiten, en algunos supuestos, sobrevolar zonas urbanas o realizar vuelos nocturnos, pero siempre cumpliendo unos requisitos muy estrictos y previa autorización expresa de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea.

Cómo llevar un drone en el avión

La otra cuestión que se plantea es qué ocurre si queremos viajar en avión llevando a bordo del avión un dron.
Efectivamente, podemos hacerlo, pero hay que tener en cuenta que las baterías que utilizan este tipo de aparatos tienen la consideración de mercancía peligrosa, y eso implica que no se podrán admitir como equipaje facturado en la bodega del avión. Por lo tanto, solo se podrán llevar como equipaje de mano descargadas por debajo del 30% de su capacidad, siempre que no superen los límites en cuanto a dimensiones y peso establecidas por cada aerolínea. Es muy importante informarse previamente sobre las condiciones de transporte, ya que hay compañías que imponen además restricciones sobre el número máximo de baterías que pueden transportarse.

¡Importante! Verificar particularidades del país al que viajemos

 

Por último, hay que tener en cuenta la normativa aplicable en el país en el que pretendamos hacer servir el dron, ya que de nada sirve llevarlo con nosotros si después no vamos a poder utilizarlo.

Aquí nos encontramos con una legislación muy variada por lo que tendremos que informarnos antes en el consulado o embajada del país que vayamos a visitar si no queremos encontrarnos con sorpresas desagradables. En este sentido, las posibilidades son muy diversas, en algunos países como Marruecos, nos exponemos a fuertes sanciones administrativas o incluso a que nos apliquen la legislación antiterrorista, mientras que, en otros países, las restricciones burocráticas con las que nos podemos encontrar son tan engorrosas que disuaden de antemano la idea de llevar con nosotros un dron.