Ir al contenido Ir al buscador Ir a la página de contacto Ir al mapa web

Las redes sociales son un altavoz que nos permite tener a nuestro alcance la comunicación con millones de personas. Por ello, es importante tener cuidado a la hora de utilizar estos canales, puesto que se puede incurrir en un delito. Por ejemplo, este año el Tribunal Constitucional dictó una sentencia que ha resultado trascendental para establecer una nueva doctrina con respecto a la publicación de informaciones falsas en redes sociales por parte de usuarios y profesionales de la comunicación.

Los límites del derecho de expresión e información

El artículo 20 de la Constitución Española reconoce los derechos de expresión y de información, pero no son un derecho absoluto y está sometido a ciertos límites. Cuando publicamos una opinión en alguna red social pueden entrar en colisión derechos fundamentales como la libertad de expresión y el derecho a la imagen, si es que no nos hemos cerciorado de que lo que decimos es veraz.

La persona perjudicada por la difusión o manifestación de una información falsa podrá presentar una demanda en base a la Ley Orgánica de Protección Civil al Honor, a la Intimidad Personal y Familiar y a la Propia Imagen a fin de que lo que se ha compartido en Internet sea retirado o retractado y para que se le indemnice económicamente.

En el caso de las manifestaciones realizadas por los periodistas aún es más peliagudo porque el ejercicio del derecho a la información está sometido a límites si cabe más estrictos dada la relevancia pública que pueden tener sus publicaciones. Las informaciones de los periodistas y de los medios de comunicación, da igual en qué soporte tecnológico se realicen, no pueden vulnerar los derechos fundamentales y tienen que atender a los principios del código deontológico de su profesión. Entre esos principios están los principios de profesionalidad y ética, el respeto a la verdad, el respeto al derecho de la intimidad e imagen de las personas y la asunción del principio de presunción de inocencia.

En conclusión, hay que ser precavidos a la hora de publicar y compartir nuestras publicaciones en las redes sociales por las consecuencias jurídicas que pueden tener si faltan a la verdad.