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Las ferias de las fiestas populares son lugares de diversión para todos… pero también ruidosos. Te explicamos qué dice la ley.
Laia Gómez | 04.08.2025
El verano es momento de fiestas populares, donde es muy frecuente encontrar ferias con sus atracciones y juegos que suelen ser, además de divertidos, muy ruidosos. Te contamos cómo está regulado el ruido y que se puede hacer para reclamar si te molesta.
El ruido es considerado contaminación, ya que deteriora la calidad ambiental del territorio y puede afectar a la salud de las personas y su calidad de vida.
Normalmente las ferias se suelen situar en zonas céntricas de los municipios para facilitar el acceso, y pueden causar molestias por ruido excesivo a los vecinos, afectando a su calidad de vida.
Es por este motivo que se deben de tomar medidas para controlar el ruido durante las ferias como, por ejemplo:
La normativa aplicable en materia de contaminación acústica son las ordenanzas municipales que regulan el ruido y las vibraciones. Cada municipio tiene su propia normativa, siempre dentro de unos criterios mínimos establecidos por la normativa de cada Comunidad Autónoma.
Los ayuntamientos pueden hacer excepciones, acordando que en determinadas situaciones se puedan superar los niveles de ruido de forma puntual, siempre intentando que el impacto acústico sea el mínimo. Estas excepciones se pueden dar en actividades festivas, culturales y las que tienen un interés social, cuando exista un arraigo que lo justifique.
Las ordenanzas municipales también regulan los horarios en las ferias, limitando las actividades ruidosas durante las horas nocturnas. En algunos casos se pueden solicitar permisos especiales para extender los horarios más allá de los permitido en la normativa.
En caso de ser perjudicado por los ruidos provocados por las fiestas del pueblo o de detectar que no se está cumpliendo la normativa o no se está respetando el horario establecido, se puede interponer una reclamación al ayuntamiento, pudiendo sancionar a los organizadores por no cumplir con la normativa.
En definitiva, es muy importante que tanto los organizadores como las autoridades locales tengan una buena gestión de los horarios y del control de ruidos, respetando las diferentes normativas que existen al respecto.
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