o si lo prefieres te llamamos nosotros
Te explicamos con detalle qué es un poder notarial y en qué puede ayudarte a ti y a tu familia en caso de incapacidad.
José María Guamis | 29.09.2025
¿Alguna vez has pensado qué pasaría si en algún momento no pudieras ocuparte de tus asuntos? No es algo agradable de imaginar, pero tomar precauciones hoy puede ahorrarte muchos problemas mañana. Aquí te explicamos de forma sencilla qué es un poder notarial general, también conocido como poder de ruina, y cómo puede ayudarte si en el futuro no puedes gestionar tu patrimonio.
Un poder notarial general es un documento que se firma ante notario, en el que das permiso a una persona de tu confianza para que actúe en tu nombre. Puede ser para cualquier tipo de gestión: vender una casa, acceder a tus cuentas, alquilar un piso, hacer gestiones en el banco, firmar contratos, pedir préstamos, invertir, acudir a juicio… Tú decides qué puede hacer esa persona y durante cuánto tiempo.
Si por una enfermedad, un accidente o el paso de los años ya no puedes gestionar tu patrimonio, normalmente hay que acudir a un juez para autorizar, por ejemplo, la venta de tus bienes. Este proceso puede ser largo y complicado, justo cuando más se necesita una solución rápida.
Para evitar esas dificultades, la ley permite que prepares un poder en previsión de incapacidad. Cualquier mayor de edad puede dejar previsto, en una escritura pública, quién le ayudará si llega ese momento y qué podrá hacer esa persona por él. Incluso puedes establecer medidas de control, cómo se revisarán esas medidas y cada cuánto tiempo.
El notario comunicará tu decisión al Registro Civil, y solo si estas medidas no son suficientes, el juez podrá intervenir.
Puedes indicar en el propio documento que el poder seguirá siendo válido, aunque en el futuro necesites apoyo para gestionar tus asuntos. Incluso puedes hacer que solo se active si llegas a perder la capacidad de decidir por ti mismo. Tú decides cómo y cuándo se activa, y puedes dejar instrucciones claras para que solo se utilice si realmente lo necesitas (por ejemplo, en caso de alzhéimer, demencia o accidente grave).
El apoderado (la persona que elijas para representarte) debe actuar personalmente, aunque puede delegar algún trámite concreto si lo crees conveniente. Puedes nombrar a varias personas y decidir si deben actuar juntas o por separado.
Eso sí, hay algunas cosas que nunca podrá hacer en tu nombre, como reconocer hijos, casarte o hacer testamento. Además, es recomendable limitar el poder para evitar que pueda donar tu dinero o avalar préstamos sin tu control. Y si surge algún problema, siempre se puede acudir a un juez para modificar o revocar el poder.
Otorgar un poder notarial general o de ruina es una forma práctica y segura de prever el futuro. Así, si algún día no puedes valerte por ti mismo, la persona que tú elijas podrá ayudarte con todas las garantías legales.
También te puede interesar: