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Una de las medidas que adoptan muchas empresas con el objetivo de garantizar un crecimiento económico es optar por fusionarse con otras organizaciones.

¿Qué es en realidad una fusión de empresas?

Son uniones o integraciones de dos o más empresas, que hasta el momento eran independientes, y que pasan a formar una única entidad, perdiendo la personalidad jurídica de al menos una de ellas.

Los principales motivos que llevan a muchas empresas a adoptar este tipo de operaciones suelen ser:

  • Por el empoderamiento en los mercados, siendo así más competitivas y haciéndose aún más resistentes y sólidas.
  • Por cuestiones económicas, reduciendo costes, consiguiendo incentivos fiscales, sustituyendo equipos directivos, etc.

¿Cómo afectan estas operaciones a los trabajadores de las empresas que se fusionan?

Una fusión no puede ser motivo de despido de sus trabajadores, ya que cuando se producen estas operaciones lo que se está haciendo es transferir el patrimonio empresarial, y esto incluye tanto los activos como los pasivos. También se está traspasando el personal humano que compone la empresa, es decir, las relaciones laborales.

Por lo tanto, ante una fusión de empresas sus trabajadores no pueden ver modificados sus contratos de trabajo. Es cierto que se produce un cambio de empleador, pero ni los sueldos, ni la antigüedad, ni cualquier otra condición, mejora o pacto existente con anterioridad a hacerse efectiva esta operación puede alterar los derechos y obligaciones de los trabajadores afectados. Ante estas acciones de desarrollo empresarial debe regir lo que desde un punto de vista jurídico se conoce como “principio de continuidad laboral”.

Pero, sin embargo…

Pese a lo dicho, todos sabemos que en la práctica real cualquier reorganización societaria siempre puede conllevar cambios organizativos o estructurales en sus plantillas. Se podría dar la circunstancia que haya un nuevo enfoque empresarial, pues no existe un negocio estanco capaz de seguir creciendo. Esto lleva a que, en definitiva, los cambios en las relaciones laborales estén sujetas a la continua y necesaria transformación que están sufriendo los mercados.

Una nueva estrategia empresarial tras una fusión de entidades puede llevar aparejadas novedades que afectan también a sus trabajadores. Esto puede ir desde mejoras en las condiciones de trabajo hasta la propuesta de nuevas estipulaciones laborales, una posible movilidad geográfica, una jubilación anticipada, una nueva política de objetivos y, también, el ofrecimiento de una salida incentivada de la empresa.

¿Qué se puede hacer si cambian mis condiciones?

Sea cual sea la decisión adoptada es aconsejable que, ante cualquiera de estas u otras situaciones no referenciadas, ni el empleado ni la empresa tome decisiones aventuradas y sin un análisis previo.

Es recomendable que el trabajador no firme documentos que puedan dificultar una posible negociación con el empleador, o inclusive, que le pueda vincular y no haga viable defender con éxito los derechos que legalmente le corresponden. Sobre todo, en el supuesto de producirse una extinción del contrato de trabajo o se dé un cambio sustancial de sus condiciones laborales.

Por ello, es importante que ante este tipo de acontecimientos societarios se estudie bien caso por caso y, sobre todo, se promuevan estrategias de negociación entre empresa y trabajador, donde se aborde la situación de ambas partes, se analicen las alternativas y sus consecuencias, así como los intereses de los que intervienen en dicha negociación. Así ambas partes llegarán a una situación ventajosa en la que ni el empleador ni el empleado pierdan oportunidades de éxito.