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Guía práctica sobre la tasa de basuras: cómo te afecta, qué cambios trae y por qué está generando tantas preguntas.
Melissa Saez | 19.11.2025
La gestión de los residuos urbanos es uno de los grandes desafíos de nuestros ayuntamientos. Y el debate está más vivo que nunca desde la entrada en vigor de la Ley 7/2022, que obliga a los municipios a implantar una tasa específica para cubrir el coste real de este servicio. Si has notado cambios en tu recibo de la basura o has oído hablar de protestas por este tema, sigue leyendo: te contamos todo lo que necesitas saber.
La tasa surge como respuesta a una directiva europea que aplica el principio “quien contamina, paga”. ¿Qué significa esto? Que los costes de recoger, transportar y tratar la basura deben recaer en quienes la generan: las familias, empresas y comercios.
El objetivo es doble: evitar que los ayuntamientos sufran déficits y, sobre todo, fomentar una economía circular y cumplir los exigentes objetivos de reciclaje de la UE (por ejemplo, reciclar el 55% de los residuos en 2025 y el 65% en 2035).
Desde abril de 2025, todos los municipios españoles con más de 5.000 habitantes están obligados a aplicar esta tasa o bien una prestación patrimonial pública no tributaria (PPPNT) similar. La ley exige que el importe cubra el 100% del coste del servicio, pero da libertad a cada ayuntamiento para decidir cómo calcularlo. Ahí empiezan las diferencias y las polémicas.
Ejemplos de cálculo en diferentes ciudades:
¿El resultado? Una enorme disparidad entre municipios: hay ciudades donde la tasa ronda los 50 € al año y otras donde supera los 150 €, incluso dentro de la misma provincia. Además, en muchos lugares se incluyen garajes y trasteros en el cálculo, aunque no generen residuos, lo que ha sido especialmente polémico.
Muchos ayuntamientos prevén reducciones o bonificaciones para quienes reciclan, hacen compostaje o pertenecen a colectivos vulnerables. Por ejemplo, como hemos visto, en Valencia las familias que acreditan un uso responsable de los contenedores de reciclaje pueden conseguir hasta un 20% de descuento en la tasa. Infórmate en tu ayuntamiento sobre los requisitos y cómo solicitarlas.
La respuesta de los ciudadanos no se ha hecho esperar: asociaciones vecinales y algunos alcaldes han pedido que se revise la normativa para evitar litigios y garantizar una mayor equidad y transparencia.
Esta es una de las dudas más frecuentes. Según la Ley de Haciendas Locales, la tasa la paga quien disfruta del servicio, es decir, normalmente el inquilino. Sin embargo, la Ley de Arrendamientos Urbanos permite que, si se pacta en el contrato (y se especifica el importe o una estimación), sea el arrendatario quien asuma el pago. Si no hay acuerdo, el propietario será el responsable. Eso sí, la obligación no puede aplicarse con carácter retroactivo a contratos firmados antes de la entrada en vigor de la tasa.
Ejemplo: si firmaste tu contrato de alquiler en 2024 y no se menciona nada sobre la tasa de basuras, no te pueden exigir ahora el pago. Si firmaste en 2025 y se incluye una cláusula expresa, sí podrías ser tú quien la pague.
La tasa de residuos urbanos es un paso importante hacia la sostenibilidad y el cumplimiento de los objetivos europeos. Sin embargo, su aplicación práctica está siendo compleja y genera dudas y malestar entre los ciudadanos. La clave será armonizar criterios, garantizar proporcionalidad y ofrecer información clara a vecinos e inquilinos para evitar conflictos. Si tienes dudas sobre tu caso concreto, consulta con un especialista o revisa tu contrato de alquiler.
En ARAG seguimos atentos a las novedades en esta materia para ayudarte a entender tus derechos y obligaciones.
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