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La hipoteca inversa permite obtener ingresos para complementar la pensión sin vender o alquilar la vivienda. Te contamos cómo funciona.
Javier Sanguino | 16.07.2024
Cada vez es más frecuente que las entidades bancarias ofrezcan a los clientes que hayan alcanzado la edad de jubilación un producto financiero para obtener liquidez gracias al valor de un inmueble que tengan en propiedad, como forma de complementar los ingresos obtenidos de la pensión de jubilación.
Este producto se denomina hipoteca inversa. Es un tipo de préstamo hipotecario dirigido a personas mayores de 65 años, aunque también pueden acceder personas que acrediten un grado de discapacidad igual o superior al 33% o dependientes, siempre que sea propietarios de una vivienda.
A diferencia de lo que ocurre con una hipoteca convencional, el propietario recibe de la entidad bancaria una cantidad de dinero. El importe variará en función de una serie de criterios como la edad de la persona que contrata el préstamo o el valor de la vivienda en propiedad.
Este importe, que normalmente se recibe en forma de renta vitalicia (lo que supone la obligación de contratar un seguro de renta vitalicia vinculado al préstamo hipotecario), no se tendrá que devolver mientras no fallezca el titular del préstamo o el último de los beneficiarios designados en el contrato.
La ventaja de este producto es que el titular del préstamo mantiene la propiedad de la vivienda y podrá seguir utilizándola hasta el momento de su fallecimiento, sin tener que abonar importe alguno al banco, lo que le permite obtener unos ingresos complementarios a la pensión que le permiten mantener el nivel de vida previo.
Además, tiene un tratamiento fiscal muy ventajoso, ya que las cantidades percibidas están exentas de tributar en el IRPF.
En el momento del fallecimiento, la vivienda pasará a ser propiedad de los herederos que tendrán dos opciones:
En conclusión, la hipoteca inversa es una forma de poder obtener unos ingresos adicionales que sirvan para complementar la pensión sin tener que vender o alquilar la vivienda. La principal desventaja es la carga que supone para los herederos, ya que son ellos sobre quienes va a recaer la obligación de devolver el importe del préstamo.
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