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Una de las principales preocupaciones de los consumidores en España es el incremento sostenido del precio de la luz, especialmente a lo largo de este último año.
Es por esta razón que el Gobierno ha aprobado una serie de medidas para abaratar su coste.

Os las explicamos a continuación, pero antes es necesario conocer a grandes rasgos cómo se fija el precio de la luz. ¡Vamos allá!

¿Cómo se calcula el precio de la luz?

Aún no existe la tecnología necesaria para poder almacenar la energía eléctrica, por lo tanto, el precio diario de la electricidad en el mercado mayorista se fija a través de una especie de subasta. En función de la estimación de la demanda de energía prevista, las distintas empresas generadoras de energía lanzan al mercado sus ofertas para fijar el precio medio del megavatio/hora (MWh) para el siguiente día.

Este precio se denomina precio marginal y para fijarlo se tienen en cuenta, en primer lugar, aquellos generadores de energía que pueden ofrecer un precio más económico, fundamentalmente las centrales nucleares. Sucesivamente se van incorporando otros generadores, como centrales hidroeléctricas o empresas de energías renovables (energía eólica y solar). Finalmente, si es necesario, se tienen en cuenta los ciclos combinados de gas o carbón, es decir, las centrales de generación de energía eléctrica, que lo que hacen es transformar la energía térmica del gas o del carbón en electricidad.

El principal problema está precisamente en estas centrales de ciclo combinado. El precio final del MWh lo determina, de acuerdo con lo estipulado por la Unión Europea, la última central en entrar en esta subasta diaria: esto es, los ciclos combinados de gas y carbón.

Teniendo en cuenta que la cotización del gas natural en los mercados mayoristas ha sufrido un incremento brusco este último año, multiplicando su precio prácticamente un 400%, resulta más fácil entender por qué el precio del MWh en los mercados mayoristas lleva meses subiendo de manera continua, encadenando un récord tras otro y sin perspectivas de que esta situación cambie a corto o medio plazo. Además, hay que añadir los fuertes incrementos en los derechos de emisión de CO2, que también influyen en el precio final de la electricidad.

Otros factores importantes que influyen en la factura

No obstante, para valorar el problema en su justa medida, hay que tener en cuenta dos factores importantes:

  • En primer lugar, estos incrementos en el precio de la electricidad no influyen de igual manera en todos los consumidores. Los más afectados son los consumidores acogidos a la tarifa regulada, denominada precio voluntario para el pequeño consumidor (PVPC) Por el contrario, los consumidores que están en el mercado libre no se ven afectados de la misma manera, ya que pueden haber pactado un precio fijo con su compañía comercializadora y no estar sujetos a las fluctuaciones del mercado mayorista.
  • Por otro lado, para determinar el precio final que el consumidor paga en la factura de la luz no hay que fijarse solo en el precio de la electricidad en el mercado mayorista. Influyen también otros factores: los impuestos; los denominados costes regulados, que son los peajes que se pagan para cubrir los costes de las redes de transporte y distribución y que vienen determinados por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC); y los cargos destinados a cubrir otros costes como los de financiación de las energías renovables o el déficit tarifario.

Medidas para bajar el precio de la luz

Con la finalidad de corregir estos incrementos tan destacables en el precio de la luz en el mercado mayorista, el Gobierno aprobó el pasado día 14 de septiembre el Real Decreto-ley 17/2021, adoptando una serie de medidas que afectan a diferentes ámbitos.

  1. Medidas de carácter fiscal

    Además de la rebaja del IVA al 10%, que ya había sido implementada el pasado mes de junio, el Gobierno ha decidido reducir el tipo impositivo del impuesto especial sobre la electricidad del 5’1% al 0’5%, con carácter transitorio hasta el 31 de diciembre. Asimismo, se acuerda prorrogar durante el tercer trimestre la suspensión temporal del impuesto sobre el valor de la producción de la energía eléctrica, en vigor también desde el mes de junio.
  2. Devolución de las centrales de parte de los beneficios extraordinarios

    Otra medida a destacar, que cuenta en este caso con la oposición frontal de las eléctricas, es la que obliga a las centrales generadoras de energía no emisoras (por ejemplo, centrales nucleares o hidráulicas) a devolver parte de los beneficios extraordinarios que éstas obtienen al no tener que soportar los gastos de la energía más cara, que como hemos visto es el gas. Esta medida se aplicará, en principio, con carácter temporal hasta el 31 de marzo de 2022 y se estima que tendrá un impacto de aproximadamente 2600 millones de euros. Irán destinados a un fondo gestionado por la CNMV, que lo destinará a reducir el coste de los cargos regulados que se pagan en la factura.
  3. Nuevo modelo de fijación de precios por subasta

    Asimismo, se adopta un nuevo modelo de fijación de precios de la electricidad a través de subastas en las que se obliga a los operadores dominantes en el mercado a ofertar una parte de su capacidad generadora a las pequeñas compañías comercializadoras, fomentando de esa manera la competencia. Del mismo modo, se modifica la Ley de Aguas para de ese modo asegurar un uso racional de agua, evitando que se produzcan desembalses súbitos que finalmente acaban repercutiendo también en el precio de la electricidad.
  4. Suministro mínimo vital

    Por último, con la finalidad de proteger a los consumidores más vulnerables que ahora se están beneficiando del Bono Social Eléctrico, se crea el suministro mínimo vital, extendiéndose durante un período de seis meses adicionales a los cuatro ya existentes la prohibición de interrumpir el suministro por impago, garantizando una potencia mínima de 3’5 Kw durante ese período.

Con todas estas medidas, se pretende obtener una rebaja final de la factura de la luz de en torno a un 30%, con el objetivo declarado de que la factura de la luz este año no supere de media, descontando el incremento del IPC, lo que se pagaba en el año 2018. Es un objetivo ambicioso que está por ver si será posible alcanzar.