Cómo reclamar un despido si no estamos de acuerdo
¿Te han despedido? Te explicamos los pasos para reclamar cuando no estamos de acuerdo con la decisión adoptada por nuestra empresa.
Miles de mujeres sufren actitudes machistas y sexistas en el trabajo. ¡Os explicamos cómo pueden defenderse y ante quién reclamar sus derechos!
Cristina Gonzalez | 07.03.2019
Aunque pensamos que vivimos en una sociedad moderna y desarrollada, millones de mujeres están expuestas a comportamientos machistas y sexistas en su día a día. Son actitudes, muchas de ellas complicadas de demostrar, que todos debemos luchar por erradicar.
Con este artículo, queremos poner nuestro granito de arena y ayudar a todas aquellas mujeres que lo sufrís en vuestro trabajo. Os explicamos cómo defenderos y ante quién reclamar vuestros derechos.
En el caso que no se haya respetado tu intimidad y dignidad en el trabajo y hayas sido víctima de acoso sexual, estás protegida por una serie de derechos. Por un lado, puedes solicitar judicialmente la extinción de tu contrato laboral y que te paguen una indemnización (que puede ser la misma que por despido improcedente). Por el otro, también tienes la posibilidad de cobrar el paro y de pedir una compensación económica por los daños y perjuicios que te hayan ocasionado.
Además, recuerda que también puedes denunciar estos hechos penalmente, ya que el delito de acoso sexual está recogido en el Código Penal.
Hemos de ser conscientes de que las empresas no pueden despedir a una mujer por estar embarazada o por disfrutar, por ejemplo, del permiso de lactancia o de cualquier otro derecho que tenga relación con la maternidad. Si eres víctima de esta circunstancia, puedes reclamar la nulidad del despido. La empresa estará obligada a reincorporarte en tu puesto de trabajo en las mismas condiciones.
Aunque las empresas pueden decidir cómo deben vestir sus empleados, fijando un código de vestimenta o un uniforme de acuerdo con la imagen de marca, nunca pueden obligarte, por ejemplo, a llevar zapatos de tacón. En este caso, podríamos estar ante un trato discriminatorio por razón de sexo.
Las empresas están obligadas a pagar el mismo salario por el mismo trabajo, con independencia de si el trabajador es hombre o mujer. Esto no sólo lo establecen las diferentes normativas nacionales e internacionales, sino que los propios convenios colectivos de las empresas recogen los salarios que se debe pagar a sus trabajadores y no se contemplan distinciones por razón de género.
Se consideran una vulneración de tu intimidad aquellas preguntas que te haga el entrevistador relacionadas con religión, orientación sexual, política, raza o salud, pues no son necesarias para evaluar el rendimiento o la eficiencia del aspirante al puesto de trabajo ofertado. Así pues, preguntas del tipo “¿te gustaría formar una familia?”, “¿tienes hijos?” o “¿estás casada?” pueden ser claramente discriminatorias y vulnerar el derecho a la igualdad entre hombres y mujeres. En ocasiones, se usan para cribar a las aspirantes femeninas que pretenden acceder a la vacante.
Siéntate como una señorita, se te va a pasar el arroz, las tías no aceptáis una broma… Son algunas expresiones que, pese a que están socialmente aceptadas, ponen de manifiesto pensamientos y actitudes machistas. Aquí podéis ver algunos ejemplos bastante habituales, que os animamos a descartar para siempre de vuestro vocabulario.
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