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Quizás tengas la sensación de que nunca sacas partido a los seguros que contratas y, en definitiva, tu aseguradora nunca acaba pagando nada.

Probablemente la explicación está en que desconoces de qué tipo de contratiempos te protege y hasta qué punto tienes derecho a reclamar. Si este es tu caso, ¡atento! Te explicamos 7 percances cotidianos que la mayoría de los seguros suelen cubrir.

1. Incidentes en eventos deportivos

La participación en eventos deportivos multitudinarios, como las maratones, está de moda. Imagina que durante una carrera popular sufres un accidente o incluso dañas a una persona del público. Debes saber que este tipo de situaciones es habitual que estén cubiertas por parte del seguro que tenga el organizador. Este seguro podría cubrir la asistencia médica por las lesiones sufridas e incluso la responsabilidad civil derivada de cualquier daño que los participantes puedan ocasionar durante el evento.

2. Caídas en el autobús

Si coges el autobús para ir al trabajo y después de un frenazo, tu ordenador se cae y se rompe, podrías solicitar a la compañía de transportes que se haga cargo de los daños causados. También, en caso de que tropezaras al bajar las escaleras y te rompieras el brazo, debes saber que puedes acudir a la mutua laboral de tu empresa ya que te puede cubrir la asistencia sanitaria, incluso las sesiones de rehabilitación que pudieras necesitar ya que la caída ha tenido lugar de camino al trabajo y se considera un accidente laboral.

3. Accidentes con el móvil

Puede que, al ir al baño, no recordarás que llevabas el teléfono en el bolsillo del pantalón e, inevitablemente, este acabara dentro del inodoro. O bien se te cayó al suelo y lo pisaste, destrozando la pantalla. Antes de maldecir tu mala suerte, piensa si al comprarlo habías contratado algún tipo de seguro específico para el móvil. A veces, las propias operadoras incluyen packs con coberturas para este tipo de incidentes.

4. Travesuras de los niños

Quizás estés cansada de reñir a tu hijo, porque juega con la pelota y temes que pueda romper las ventanas de tus vecinos. Si tienes un seguro de hogar con cobertura de responsabilidad civil, puedes quedarte un poco más tranquila. En caso de que los cristales acaben rotos por un pelotazo, la aseguradora se debe hacer cargo de los daños causados a terceros por cualquier miembro de la familia. ¡Esto incluye también a las mascotas!

5. Imprevistos en el extranjero

Aunque al comprar el vuelo no hayas contratado una cobertura de asistencia en viaje, debes saber que algunos seguros de hogar la incluyen. De este modo, si tu hijo viaja al extranjero y debe ser atendido a un hospital, podrías reclamar a la aseguradora los gastos derivados de la atención médica que haya recibido o los gastos de desplazamiento para acompañarlo en el centro médico.

6. Robo de joyas

Si entran en tu casa y te roban los pendientes que heredaste de tu bisabuela, lo más seguro es que no cuentes con ninguna factura ni una tasación por parte de un joyero. En tal caso, recuerda si tienes fotos de la joya en cuestión para que el perito pueda valorarla según los cánones estándar y las características de tu casa. Esto será posible si tienes contratado un seguro de hogar con la garantía de robo, siendo muy importante revisar las condiciones de la póliza del seguro, ya que puede existir algún límite en la cantidad cubierta.

7. Multa de tráfico injusta

Si crees que no has cometido la infracción de tráfico de la que se te acusa, debes saber que muchos seguros de auto suelen incorporar un servicio de asistencia jurídica que te permite recurrir las multas.

Así pues, ya ves que los seguros ofrecen cobertura para muchas situaciones de tu vida cotidiana que quizás desconocías. Ahora que ya las conoces, tan solo se trata de detectar por qué razones tienes derecho a reclamar y empezar los trámites con tu aseguradora.