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En nuestro país, el tema de servir agua gratuitamente en hoteles, bares y restaurantes suscita disparidad de criterios y opiniones. A diferencia de otros países de la Unión Europea, que ya disponen de una reglamentación al respecto, se trata de una cuestión controvertida.

En España, el agua que se sirve es en su mayoría embotellada y el hecho de facilitar al cliente un vaso de agua sin coste alguno, es más bien una práctica de cortesía o deferencia.

El debate está abierto, pues concurren intereses contrapuestos entre propuestas promovidas por entidades como la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) y las de Asociaciones de Hostelería de las distintas Comunidades Autónomas.

La situación en España y en otros países

En España, Baleares, Navarra y Andalucía, han promovido leyes que incluyen la obligación de que establecimientos públicos como hoteles, restaurantes y bares ofrezcan el servicio gratuito de agua potable no envasada. Además, existen otras iniciativas legislativas relacionadas en ayuntamientos como el de Pamplona, Granada o Mallorca, que ya han regulado al respecto.

A título de curiosidad, hay ciudades del mundo donde se ofrece sin coste agua del grifo a los clientes, como en París, Nueva York, Miami o Melbourne.

Intereses contrapuestos

Cifras sobre el consumo de agua embotellada

En el fondo del debate existen intereses contrapuestos. Por un lado, debemos tener en cuenta que asociaciones como la Asociación Nacional de Empresas de Aguas de Bebida Envasada (ANEABE) informan que el consumo de agua embotellada está en alza en España y es la bebida embotellada sin alcohol más consumida por los españoles. Además, según fuentes oficiales del Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, se calcula que cada español toma de media 63,4 litros de agua embotellada al año.

Cuidado del medio ambiente

De otro lado, también existen cuestiones medioambientales, por ejemplo, por cuestión de reciclaje. De los 50 millones de envases de bebidas que todos los días se ponen a la venta, 10 millones corresponden a agua embotellada.

Sabor y calidad del agua

Además, en muchos casos el agua no va del grifo al vaso, sino que pasa por un proceso de filtrado y presentación. En ciudades, por ejemplo, en Barcelona, el agua sabe peor y tiene niveles de cal y cloro superiores a otras zonas.

El coste del agua y el derecho por salud, dos intereses antagónicos

La polémica está servida, pues existen intereses antagónicos. De un lado, el coste para el sector de hostelería, pues el hecho de servir un vaso de agua supone gastos: los del local, los de la persona que lo sirve, los del suministro y la limpieza posterior de los vasos utilizados. De otro lado, es evidente que el consumo de agua es una fuente de hidratación y forma práctica de hábitos de alimentación saludable, ya no entrando en consideraciones altruistas, tales como negarse a la petición de un vaso de agua por razones humanitarias.

Por todo ello, la OCU plantea el hecho de aprobar una ley que establezca la obligación a los hosteleros de servir agua de forma gratuita a sus clientes. ¡La polémica está servida!