Violencia de género y condenas
La violencia de género ataca a los derechos fundamentales de las personas. Te contamos en qué se diferencia de la violencia doméstica y qué penas conlleva.
¿Conoces el término gaslighting? Te explicamos lo que es, como afecta a sus víctimas y qué se puede hacer para detectarlo en este artículo.
Albert Olcina | 01.02.2024
No todas las violencias de género son visibles, como lo pueden ser las lesiones o amenazas. Hay otro tipo de situaciones que nos pueden hacer daño y que no se pueden percibir a simple vista por ser sutiles. No por ello dejan de ser perseguibles.
El gaslighting es el nombre que se le da a la manipulación de la víctima para que dude de su propio criterio o realidad. Es decir, hacer creer que esa “luz de gas” brilla igual que la luz natural.
Esta manipulación se realiza mediante la interacción constante del agresor provocando que la víctima dude de ella misma, con expresiones como por ejemplo “te lo estás imaginando”, “yo no he dicho esto”, “eres muy sensible” o “nunca encontrarás a alguien que te aguante como yo”. En definitiva, nos ponen trampas para que caigamos en ellas bajo la falsa premisa de que ha sido la víctima la que se ha equivocado unilateralmente.
Hay dos grandes problemas para tratar el gaslighting:
Es fácil que nos digan: “no habrá para tanto” o “¿seguro que no te lo estás imaginando?”. En cualquier caso, algunas pistas de que algo anormal está ocurriendo es ver que nos estamos aislando socialmente de forma progresiva, que tenemos un tono moral bajo y una inseguridad creciente.
Con este artículo pretendemos poner el foco en estos comportamientos que lo que pretenden es, precisamente, pasar desapercibidos. Pero igual que un golpe o una amenaza verbal, hay que denunciar los hechos para poder mantener nuestra integridad emocional.
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